Nací en una ciudad dormitorio, cuando los niños éramos un poco de la calle. He escrito poesía desde que aprendí a sostener un bolígrafo, quizá por puro instinto de supervivencia. Me hice adulto antes de Internet y mi primer teclado fue el de una máquina de escribir Olivetti Studio 45 color turquesa.
Vivo en Valencia (España), y pertenezco a la legión de escritores desconocidos que autopublica sus obras. Como tantos, escribo por una mezcla de necesidad vital y amor al arte.
Estudié químicas y psicología, que dejé sin acabar, y podría decir que soy «aprendiz de mucho y maestro de nada», lo que no me viene mal para escribir ficción. Me interesa la deriva de los tiempos, la condición humana, la metafísica, la filosofía, el chamanismo, la ciencia, las religiones, la psicología y la locura de la normalidad.
Soy entusiasta de la fotografía, sobre todo la de calle, y del Rol por Web, que creo que puede ser un género literario por derecho propio.
He autopublicado cuatro novelas, tres de ciencia ficción y una de fantasía contemporánea, esta última a dos manos.