Este noviembre voy a participar en NaNoWriMo, o National Novel Writing Month, un reto que organiza una asociación sin ánimo de lucro diseñado para motivar a los escritores y que consta en escribir cincuenta mil palabras de tu obra literaria durante el mes de noviembre.
Me planteé el reto de escribir una novela de cero planteando la trama, ideas sobre algunas escenas y algunos de los personajes durante este mes de octubre y comenzando a escribirla desde la primera palabra el uno de noviembre. De conseguirlo eso solo será el inicio del trabajo, porque luego viene el corregir, desarrollar y pulir.
Ya se por Eón que el verdadero trabajo de una novela comienza cuando se ha terminado de escribir el último párrafo. Pero también es verdad que llegar a ese último párrafo es como llegar a la cima de la montaña. En ese momento eres consciente de que la obra ya ha nacido y a partir de ahí «solo» es cuestión de trabajo, trabajo y más trabajo (y amor, por supuesto), pero sabes que la novela ya está. Ayudar a que lleguemos a ese momento es la intención de NaNoWriMo, con recursos para marcar metas y ponerte en contacto con otros escritores para que te sirvan de inspiración, etc.
Así que el lunes empiezo mi segunda novela, que probablemente se llamará «Nictofobia» y que será un Western Noir de Ciencia Ficción con una buena dosis de terror y violencia. No será tan «filosóficamente abarcante» como Eón pero sí tendrá una buena dosis de, por así decir, poética existencial.
Veremos si consigo superar el reto, pero por ahora ya tengo una idea clara de muchos de los personajes, del mundo en el que se desarrolla la historia y de la trama. Así que, genial. Y por si fuera poco ya tengo portada para el proyecto, la mar de inspiradora para la historia que vive en mi mente y que volcaré en el papel a lo largo de noviembre.